El Lado de Ella

Para ustedes que me conocen bien y unos mas que otros en diferentes épocas de mi vida, saben que no he sido precisamente la señorita que le encanta vestirse de rosado, tul y tacón, saben además que aunque adoro Bogotá un día me aburrí del escenario rutinario de la ciudad y decidí escapar, escapar a conocer otras rutinas,he sido feliz conociendo todas las rutinas en diferentes ambientes, he sido feliz en pueblos aburridos donde no hay ni una tienda, he sido feliz en selvas llenas de

mosquitos donde con una mano podía comer y con la otra debía espantarlos, he sido feliz subiendo montañas y echando madrazos al otro día por el dolor en las piernas, no he sido tan feliz viendo el sacrificio a manera de ritual de algunos animales, he sido feliz soportando el insoportable calor de algunas tierras áridas. He sido feliz y soy muy feliz ahora. Ahora soy la tipa mas feliz con un mundo rosadito, que se pondrá un vestido blanco y unos tacones sexys para complacer las costumbres humanas occidentales.

Un día por allá en una playa de Ecuador, conocí a un tipo que no me recuerda. Era un gringo como cualquiera a quien empecé a quitarle el título de "cualquiera" cuando entablamos varias conversaciones de viajes, viajes y mas viajes. probablemente los temas fueron mas variados pero su conquista fue inminente con su pasión por los viajes que por debajo de cuerda me mostraron su curiosidad de no quedarse con lo que veía al frente de sus ojos. Pronto dejó de ser "un gringo" y dejó de ser "cualquiera".

Iniciaron nuestros viajes en la misma linea de espacio y tiempo, la conexión se fortaleció, cruzamos de selva a costa, atravesamos valles, montañas, nos llenamos de kilómetros, nos consentimos las enfermedades y males, nos dimos fuerzas mutuamente, festejamos eventos que no eran nuestros, conocimos otras personas, compartimos fiestas, compartimos días aburridos, nos enseñamos malas y buenas palabras en otros idiomas, nos prometimos hacerlo siempre.

No ha pasado mucho tiempo después de eso, en realidad ha pasado poco, pero lo suficiente para saber que quiero compartir mi vida con este míster latinizado, es un míster latino único.  Es Benjamín, el tipo que no me recordaba.

Quiero que vengan este 25 de enero a Villa de Leyva, habrá francachela y habrá comilona. El sitio exacto aún está por confirmar, haré lo que nunca imaginé vestirme de blanco y de tacón y dar el si. Vamos a compartir este especial momento, quiero hacerlo con todos ustedes. Ben estará feliz de reecontrarse con los que ya conoció y de ver por primera vez a quienes no conoce aún. Él quiere saber quienes son las personas importantes en mi vida, son ustedes mi amigos mas cercanos y mi familia.

-Bibi